La Isla de Therkal ha permanecido durante siglos bajo la protección del Imperio, hogar de los mejores exploradores y comerciantes del norte del Imperio, y cobijo de piratas y contrabandistas que han aterrorizado el Mar del Dragón. Son numerosas las maravillas que la isla alberga; veloces naves de altos mástiles, piezas de arte traídas de los confines del mundo y maravillas que asombrarían a los más poderosos señores de los Reinos del Norte.
El estrecho que separa Thalesia de la Isla de Therkal ha visto hundirse decenas de naves en un continuo enfrentamiento entre las dos flotas más poderosas del norte y la Isla Emergida que creó El Hechicero ha sido motivo de difíciles episodios entre el Dominio y Therkal.
Apenas la influencia imperial empezó a dejar de sentirse, numerosas fuerzas thalesianas y domienses atacaron Therkal por todos los frentes, sobrepasando las defensas de la Isla en pocas jornadas. Numerosos capitanes de navíos abandonaron la isla con todas las riquezas que pudieron cargar con ellos antes de ser atrapados por las fuerzas invasoras.
Con las fuerzas locales derrotadas, los enfrentamientos entre thalesianos y domienses empezaron a crecer, hasta que el general del Dominio y el caudillo Tharkos acordaron una tregua que dura hasta hoy.